El esfuerzo de todo un año de los padres y abuelos por educar a sus nietos bien vale un momento de ilusión y alegría. Y la ilusión dura y dura y no se quiere dejar perder, sin embargo, el momento en que reciben los pequeños los regalos es tan efímero ..., al día siguiente los niños ya saben que tienen que ir al colegio y sus papás ya están trabajando.
Siempre me llamó la atención la importancia que tiene el ser humano por ilusionarse, por imaginarse un mundo mejor: la lotería, un nuevo trabajo, un nuevo mundo de paz y concordia, ...
Pero esa ilusión se esfuma ante cualquier pequeña adversidad, o cuando damos por sentado que hemos alcanzado el objetivo.
Y me parece importante que nuestros hijos sean capaces de valorar lo más sencillo de las cosas, aquellas que son las que perduran más en el tiempo ....
Todavía recuerdo aquel cumpleaños en que recibí varios regalos, pero sólo he memorizado uno, el que me regaló mi hijo de apenas diez años y que había comprado en Cadena 100, lo recuerdo no porque fuera cosa de él, sino porque había acertado, era algo en lo que no había reparado aunque lo necesitaba sin saberlo.
También me llama la atención el regalo que recibí una vez por una persona cercana de la familia por la que no sentía ninguna simpatía y que me sorprendió, porque ese día fue la única que verdaderamente me tocó la fibra sensible. Es impresionante.
Por ello, nunca me canso de tratar de ver lo positivo de todas las personas, temo que un juicio de valor apresurado no me deje ver la realidad más verdadera. Y, sin embargo, aún así nos podemos equivocar, pienso en aquellas mujeres que siguen dando oportunidad a sus maridos maltratadores cuando ven su lado bueno.
Compleja la situación. Nuestros hijos tienen todo sin esfuerzo, a nada se les dice que NO, y la ilusión acaba siendo una pieza más en un mundo consumista, uniformado y sin reflexiones.
Profunda reflexión, profundo pensamiento plasmado en un bello texto. El consumismo y la ilusión unidos, que paradoja ¿No? Me incluyo en ambos, la ilusión por un nuevo regalo y el consumo que realizamos por cosas tal vez innecesarias. Un dilema, una ilusión.
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